Si alguna vez hemos mentido
ha sido como acto performativo. Para establecer nuevos límites en la oralidad.
Para tensar la cuerda que une un infinito de posibles patrañas con alguna
verdad. Ha sido una pieza compleja de realizar. Los dos mirándonos fijamente sin
nada que pensar. Contorsiones circenses. Finalmente los movimientos convulsos y
aleatorios que dan cache al oficio. No hay nada nuevo bajo el sol diría el
abuelo esteta. Nos caímos medio desvanecidos antes del aplauso final. Fin del
primer acto. Ahora solo quedar esperar.