Contrariedades de la cultura contemporánea I

Me he comprado las nike más cool que han salido al mercado porque hoy tengo la conferencia en un museo también cool. Hablaré de la imagen como estrategia de seducción persuasiva en los medios, y como ésta a su vez, sustenta la influencia del hiperconsumo globalizado.

Bad Loop

Es como si te encontraras a alguien por la calle a la que saludas forzadamente, es como si alguien desconocido te golpeara sin querer, es como si probaras un plato conocido que no tiene el mismo sabor, es como si te pillaras el dedo por querer abrir algo muy rápido o como si te pillaras el pie por cobijarte del frío en la cama, es como si ese mismo frío se quedara contigo durante unas horas, o como si la cama con la que te has pillado el pie estuviera cubierta de una tela que eriza la piel, o como si las galletas que has comprado no fueran suficientemente dulces, o como si comieras tan rápido que ese plato te sentara mal, tan mal, que salieras a la calle malhumorado y todo el mundo te diera sin querer, es como si te encontraras a alguien por la calle a la que saludas forzadamente, es como si…

Rinzen

Hay una cama en la entrada. Está postrada en la pared de un edificio blanco y rotundo. Está desecha, hay mantas viejas y algún cojín roído. Una niña me pregunta si es en esa cama donde yo duermo. Me quedo perpleja. Le afirmo con la cabeza. Me pregunta como hago para subir en ella y le contesto que tengo una escalera guardada en un armario muy grande. No sé si me cree pero sonrío. Caminando hacia algún lugar vuelve este pensamiento. Una cama desecha sería el mejor lugar. Lástima que esa es de hospital o de orfanato o de sanatorio. Al fin y al cabo, las camas sanan, todas ellas de algún modo. Lugar de sueño o vigilia, de amor o llanto, de enfermedad o muerte, y así siempre. Espacio donde la intimidad cobra una gravedad trascendente, como el título de la instalación a la que me refiero. Despertar súbito.

First Fires

Parece ser que todo vuelve a empezar. Vuelven a aparecer momentos pasados convertidos en pequeñeces. Aquellos fantasmas ocultos debajo de la cama resultan hoy visones empobrecidas por el tiempo, que todo lo transforma, que todo lo destruye, o casi.

Parece ser que un nuevo viento vuelve a soplar desde una pequeña ventana que da a un patio. Interior. Nuevas preguntas acontecen sin someter el dolor, la pesadumbre o el desvarío. La melancolía nace de un lugar nuevo, del lugar donde las palabras no son más que el cadáver exquisito de una página más. De un párrafo más. De una frase más. De una palabra más. De una letra de más. Hacia la conquista de lo inútil se renueva la osadía.

A solas con Gato

Mario ha sido canguro de peques, de adultos, y ahora de gatos, aunque no siempre en ese orden. Todos se quejan, -pensó-, porque se sienten solos, y además, tú eres la mano extraña que no esperan pero a la que se resignan por un poco de cariño, quizás.

Al entrar en el piso del gato, una señora muy mayor le advirtió que ella no quería subir por el ascensor. Sin poder casi ni andar, ésta, se dispuso a poner el pie en el primer escalón cuando se percató que Mario permanecía inmóvil velando por ella.

-¿Está usted segura que no quiere subir conmigo?-Preguntó él.

-Segura.-Respondió la anciana.

Pero ésta, al ver que Mario no cesaba de vigilar el manejo más que insuficiente se su cuerpo, se detuvo.

-¡Ya cojo el ascensor para que no sufras!-Afirmó ella. (Momento en el que Mario olió su aliento a alcohol)

-Vivir al límite a veces trae consecuencias. -Respondió Mario acto seguido de arrepentirse de una broma que quizás estaba de más.

Una vez dentro, ella le comentó su voluntad de hacer ejercicio. Estaba sola en casa porque su cuidadora estaba de vacaciones.

Hubo un silencio. Llegaron al primer piso.

-¡Qué tenga un buen día señora! ¡Hasta otra!-Le dijo Mario.

-¡Hasta otra guapito!-Respondió ella.

Mario se dispuso a entrar en el ático donde hacía de canguro de gato. Se sintió  mal al pensar que en el primero había una mujer sola, aunque pensándolo mejor, el único que no estaba solo era el gato.

Abril

^{Hoy llueve fango. Los rincones de esta casa tienen polvo. Hay comida y bebida. La escritura se detiene. El timbre ha sonado. El corazón me avisa. La lluvia no cesa. El tiempo envejece el sueño de un niño.}