7 nov 2015

Devenir fatal

Voy a construir un espacio
sobre el suelo.

Habrá copas de cristal
con las que podrás beber
delicadamente o
tirar como arma arrojadiza.

Voy a construir un  momento
Por el que circulen los instintos.
Para estrangular el lenguaje
En pura melancolía.

Creo que creo un espacio
Que deshacer
Con cualquier palabra.

Asumo el riesgo de perder
Para saber ganar mejor.

Contra una voz que cambia,
Que se altera,
Que envejece,
Cada vez que es pronunciada.





29 oct 2015

Do you want a guided tour?

Me llaman educadora, pero puedes llamarme como tú quieras.
Qué quieres que diga y lo diré.

Hablo de la estética postmoderna y su horizontalidad rizomática a especuladores. Otro día, de las lindezas de la pedagogía a unos estudiantes de magisterio que todavía tienen ideales. De la esencia de lo popular a viejitos que vienen a ver una época, si cabe, más triste que la de ahora.

Construyo castillos en el aire por dinero. Pero en vez de poner un tornillo en una tuerca, balbuceo contenidos dirigidos a unos usuarios, que no ciudadanos.  Me pagan por contar cuentos. De castillos y princesas, de héroes y malhechores, de prostitutas y queers.

La retórica, hoy, es la fábrica de los pobres. Los clowns de la sociedad de un espectáculo que no acaba. Dime qué quieres oír, porque soy toda tuya. La prostituta de un saber que se paga depende de quien tenga delante. Coleccionistas, miembros eméritos de dudosa moral, niños, niñas, profesores a quien educar.

De qué están hechas las ideas y te diré qué de dinero. Porque el lugar que las vende, las ofrece por muy poco. Tres euros la hora.

Qué duro está el oficio.

18 sept 2015

Make kisses up

Aunque bese muchas bocas
es fácil enamorar
con la destreza del deseo

por eso luego pienso en ti
después de no pensar
después de todo
pienso en ti
-me has dado un beso pequeño-
dijiste dejándome debajo
de la nube de melancolía
que el concierto traía.

Y te acaricié con la aspereza
con que se ve el llanto de un niño

que el consuelo no acalla.

4 ago 2015

Rituales íntimos

La conversación era escatológica. Por supuesto, no estaba relacionada con la escatología cristiana. Aunque, pensándolo mejor, quizás todo tenga alguna relación oculta, o etimológica.
Uno de los comensales empezó a hablar del tránsito intestinal en época vacacional, y no, no se habló precisamente de yogures. Entre risas, muecas de asco y caras que se cubrían con una mano, uno de los comensales empezó a relatar dos de sus periplos intestinales más triunfales.

Después de excursiones infinitas, afirmó concluir la visita en una iglesia. Los servicios del recinto eran grandes, limpios y con puertas que llegaban hasta el suelo. Motivos todos ellos suficientes para desahogar su íntimo vía crucis. San Ignacio de Loyola. Afirmó el comensal repetidas veces, sorprendido de recordar el nombre de un emplazamiento que parecía haber olvidado. El relato empezó a hilar un vínculo peculiar cuando confesó haber tenido otra desesperada urgencia, nada más y nada menos, que en el Vaticano.

-¡Chico! ¡Te da por cagar siempre en las iglesias!- Exclamó una voz del corrillo.

El estruendo de risotadas fue descomunal.
La cara de asombro del narrador un poema.


Quizás la transgresión de un conservador con alma punk.

23 jun 2015

El bello verano


D. se enamora, relegando a L. al desánimo de un amor amistoso.
A. manifiesta su desazón, fumando medicinas mientras toca la guitarra como quién toca a una mujer.
F. estudia incansablemente antes de afrontar la crudeza de una realidad de pesadas labores.
P. continua buscando compañía en la ficción.
Mientras todo eso ocurre, el sol resplandece más que en ningún otro momento. La flores, atrás dejan su belleza, para dotar de frutos el día que acontece. Buscando, sin ser a menudo conscientes, todos voltean las asperezas de los días que les maldicen para redimir la tristeza. Que por otro lado, no ahuyentan. Incluso así, este podría ser un bello verano, piensan.

22 abr 2015

Contrariedades de la cultura contemporánea II


Me pagan por mis ideas. Por eso no ejecuto las obras que presento en museos o vendo en galerías. Utilizo los vacíos de la legislación para poner en marcha mis piezas, etiquetadas por otros o por mi misma, como piezas politizadas. Utilizo subvenciones para contratar a personas con riesgo de exclusión social. Para poner mi granito de arena al desmantelamiento de la dictadura del capital, capitalizo a gente humilde para sacar puertas de inmuebles que luego vendo en galerías. A este proceso lo llamo “subcontratación activista”. De esta forma, visualizo la injusticia social de los desahuciados. No tengo vergüenza en admitir que quiero vender más. De algo tengo que comer. Soy una artista, que también vive en el precariado. De hecho, vivo en una casita de madera. En el patio de mis padres.