13 nov 2011

I didn’t live in Cuteland

Después de una niñez teñida por la amargura ajena de unos padres eternamente adolescentes las dos pequeñas crecieron en ciudades distintas. Aunque todavía no se conocían pudieron comprobar que el maldito prólogo del acné y los chicos había sido harto semejante para ambas. La televisión, las películas y la literatura se convirtieron en un mundo hecho a medida sin el cual, quizás, no se hubieran conocido. El arte llegó más tarde. Luego el sexo y las drogas y por último un pozo oscuro de desdichas que acabó por dibujar una piel distinta. Después de charlas ligeras con café, llegaron los secretos mojados en alcohol y poco a poco, desde hace tres años saben bien que, nadie puede entender mejor lo dulces que saben las chucherías después de confundir el azúcar con los ácidos.

28 sept 2011

Balada bobalicona

Durante el concierto del cantautor greñudo con aires de romántico decadente, ella, no paró de recordar las innumerables contorsiones y los escasos besos de una cama improvisada en el backstage. La nota del polvo rozaba el sobresaliente y las miradas de ternura aprendida la avezaron por completo a la conquista del sujeto, sin saber exactamente si eran sus hormonas las que hablaban en nombre de su piel. Después de un repertorio manifiestamente amoroso las pruebas de que su relación se había afianzado eran para ella muy evidentes. Al encontrarse de nuevo en el backstage hicieron el amor repetidas veces hasta que el cansancio se apoderó del cantautor greñudo que, por satisfacer la fama que acompaña a la profesión, tuvo que realizar un sobresfuerzo tal, que se durmió abrazado a su groupie favorita.
Se hizo de día y con éste la molesta sensación de incerteza que pulula entre sábanas extrañamente conocidas. Después de un baño compartido con otro final feliz, las fantasías de convertirse en su chica especial tenían cada vez más lugar en un espacio de tiempo más corto. Que el cantautor greñudo empezara a cocinar con una destreza sorprendente unas crêpes de pollo, tampoco ayudó a que esa fantasía convertida en esperanza disminuyera. Asombrada y jovial le cogió la mano mientras éste devoraba un trozo de pollo.
-Esto es muy especial-. Dijo de modo tímido mientras lo agarraba con firmeza. El tipo la miró y de repente dejó el tenedor. Ante un gesto tan contundente la expectativa de que por su boca saliera algún tipo de manifestación romántica le aceleró la respiración.
-Eres tan especial que creo que no te merezco-. Respondió mirando fijamente a sus ojos casi sin parpadear. Después de un silencio eterno se dispusieron a dejar el local para separarse hacia sus respectivas rutinas. Llovía, hecho que acrecentó el dramatismo de una escena que ahora se desarrollaba delante de un quiosco donde numerosas abuelas compraban revistas del corazón. Se besaron y cada uno se fue hacia el lado contrario de la calle. Ella se giró para verlo y continuó su camino desconcertada. Convencida de que éste llamaría en cualquier momento del día se limitó a darle vueltas al significado de no merecer. Pasaron los días y su amante furtivo hacía digna mención de tal apelativo, ya que parecía que se hubiera desvanecido de la ciudad, y continuó esperando durante todo el invierno aquello que no pasó nunca más.
Lo más extraño de todo es, que con el tiempo, aquello que permaneció en su recuero, fue a su cantautor greñudo comiéndose aquel pollo, eso sí, lo recordaba de un modo muy especial.

11 sept 2011

"Un alma subida a la inteligencia realza, por tanto, su belleza"

CHUCK CLOSE (1940)
Mark, 1978-79

Acrylic on canvas
Hacer de Plotino un eslogan comercial para conquistar a seres con quién la materia no se ha portado del todo bien.

3 sept 2011

La puta realidad

Ramiro era un tipo duro. Calado de misoginia se mostraba ante sus amigos como l’enfant terrible que todos querían llegar a ser. Su bohemia le desplazó hacia una nueva rutina. Se levantaba hacia las tres y escribía, pero no tanto, como para despreciar una noche sin alcohol y sexo. Nunca tuvo problemas para ligar, a diferencia de su gran amigo Simón, con quién lamentaba a menudo, entre copas y algo más, la execrable condición del género femenino. Después de una madrugada avezada a numerosos polvos, llamados por el mismo protagonista, de calidad, se vistió apresurado para el encuentro con su fiel amigo. Después de todo, seguro que perdonaría su retraso al comentarle cuantas mujeres distintas habían chupado su polla esa noche.  Con actitud chulesca entró en el bar donde Simón ya estaba sorbiendo su café con leche. De repente se percató que la mirada de su amigo permanecía perdida ante tan excitante épica del fast love.  ¿Qué estaba fallando en su relato si incluso había descrito con más pelos que señales como su ser salió por tan prieto culo? Pobre idiota, pensó, todo lo por mi vívido se convierte en material de ficción para su onanismo eterno. En la mesa vibró un móvil que le hizo recordar la cantidad de juguetes distintos que tenía esa puta. Velozmente, Simón se acercó a la vista el teléfono mientras se dibujaba en su boca una pequeña sonrisa. ¿Quién es? Preguntó Ramiro. Otra peruana que quiere sacarte el sueldo. Se contestó. No conocía la mirada de su amigo, que incluso siendo un poco boba, le heló la sangre.
-¡Enamorado!, solo me faltaba eso. ¡Solo me faltaba aguantar a otro de estos capullos enamorado!
Quizás había gritando un poco más de la cuenta al percatarse que todo el bar lo estaba mirando. Su amigo, se limitó a dejar unas cuantas monedas en la mesa, y se fue.
-¡Ya volverás cuando esa puta te traicione, ya volverás cuando esa puta se folle a tu primo, ya volverás cuando esa puta te parta el corazón, ya volverás cuando no puedas amar por culpa de esa puta!
Y de repente, se dio cuenta que en  ese  bar inmundo estaba llorando sin poder recordar la última vez que no pudo contener una emoción, y el semen no cuenta.

23 ago 2011

Expresionismo Abstracto


El fucsia le fascinaba. Era temprana su edad pero inmenso el placer que le producía vislumbrar cualquier objeto que se presentara en tan excitante color. Rotuladores, vestidos, muñecos, dibujos… La visión de todos ellos encendía dentro de su ser, precisamente, un instante en que podía salirse de él. Pequeña para detectar la impuesta definición de una felicidad galopante, permanecía unos segundos deleitando en lo más íntimo de su cuerpecito lo absoluto de un color que, ahora, no ha vuelto a encontrar ni en las piezas más fascinantes de un Rothko. Se hizo mayor y con ella sus refugios. El fucsia se desvaneció de su memoria durante los años siguientes. Una noche, entre música, risas y poesía autocomplaciente, la ahora convertida en una adolescente neorromántica entró en el baño al despertarse en ella un sudor impropio. Cerró la puerta del baño medio desvanecida, se miró en el reflejo de un espejo mugriento mientras una gran arcada la dobló hacia el retrete. De su boca empezó a salir un fluido extraño. Cuando logró abrir los ojos de tan dificultoso esfuerzo se percató que todo el baño estaba inundado de color fucsia. Se sentó en el suelo para poder contemplar su dripping monocromo hasta que llegó a la conclusión;
-Que extraña interpretación ha hecho de mi misma  este cartoncito de color marrón.

19 ago 2011

Summer time

Canciones de verano
Compañeras ligeras
Noches de insomnio
Y dudas eternas.
Playa y arena
Una tarde entera
La siesta que trae
Toda tu ausencia.
Sábanas ligeras
El dedo que acerca
El recuerdo del frío
Que deja tu huella.
Sudor y calor
Vaso de agua,
Mi casa está
En esa mañana
En que el verano estaba
Dentro la cama.


26 jul 2011

Decadencia poligonera

Tenía prisa. La periferia te da esos momentos de cenicienta. Cogí el tren, me senté entre personas de mirada cansada y pensé que era extraño no poder pensar en nada. Subió un vendedor de pañuelos, que como un actor que recita de memoria su función, pretendía enternecernos con su cadencia viciada. Podía incluso parecerme bella su mirada desvanecida por el alcohol o quizás por algo más duro, que no peor. Pasó por mi lado sin ni siquiera percatarse que tenía una moneda en mi mano, y con un poco de vergüenza, la volví a guardar en el monedero. Miré mi vestido. Estaba arrugado. Miré mi pelo en el reflejo. Estaba despeinado. Miré mis piernas. Estaban llenas de moratones.
-Ese gordo del asiento de la esquina no para de mirarme-. Me enderezo. Me imagino que le pego y me siento mejor. Me imagino que eso no ha pasado y me siento mejor. Me imagino a Freud con su libreta y me siento mejor. Seguro que existe algún mito que me explique, pero somos muchas las especies que hemos nacido de nuevo en la era del link and love. Bajo del tren y conmigo mi cansancio, pero no el que arrastra al dormitorio a esta ciudad,  sino el que merece una hostia solo con mirar que la suerte no es algo que se escoge.

25 jul 2011

Nouvelle Cuisine

Cocinar palabras
Como las ricas verduras
Que si muy hervidas
Poco sabrosas.
Cuchillo que corta
Fuego que cuece
Agua que hierve
Plato caliente
Mesa bonita
La silla vacía.
Tenedor en mano
Bocado en mi boca
Quizás otra copa
Que sigue a la otra.
Sucios cacharros
En el salpicadero
Botellas de menos
Y mugre en el suelo.
El gato que aúlla
La caricia que sigue
Un domingo  de menos
Que no tiene peli.